María Viota afrontó un año lleno de cambios, responsabilidades y dificultades personales. No tuvo el tiempo ni la estabilidad que hubiera querido para preparar las oposiciones, pero nunca se desconectó de su objetivo. Su historia demuestra que no hace falta esperar al momento perfecto: lo importante es insistir, aprender a priorizar y confiar en una misma.
Hola María. Felicidades por un año tan especial para ti, en el que, entre otras cosas, has conseguido tu plaza como orientadora…
R. Hola Javier, muchas gracias, estoy muy feliz por haber conseguido plaza en este año de sueños cumplidos.
P. Recuerdo haber tenido alguna conversación contigo a lo largo de la preparación, en la que me transmitías que estabas apenada porque no estabas trabajando como orientadora el curso pasado. Yo te decía que las condiciones que tenía tu puesto de trabajo te venían bien para preparar las oposiciones. Mejor que estar trabajando como orientadora, que te iba a absorber más el tiempo y la mente. Pero tú no acababas de estar convencida… ¿Qué tiene la orientación que te atrae tanto?
R. Sí, aunque ya había trabajado dos cursos de orientadora. No había conseguido vacante, y en agosto me llamaron de otra lista que tenía aprobada. Tenía un trabajo muy bueno de psicóloga, pero realmente no fue mi primera opción, y aunque he aprendido muchísimo, desde que terminé la carrera tenía claro que iría por orientación.
De hecho, aunque no fue lo que me recomendaste, en octubre vi una oferta web y decidí ponerme disponible para seguir sumando puntos de experiencia. Fue una experiencia corta, pero aprendí muchísimo.
Lo que más me atrae desde que empecé en este camino fue que a través de tu trabajo puedes ayudar y dar un servicio a la comunidad educativa que va a repercutir en el futuro y en la vida del alumnado. Además, es un trabajo muy dinámico que hace que sea muy enriquecedor a todos los niveles: personal, profesional y académico. No haces simplemente informes, como a mucha gente le encanta decir. Siempre estás aprendiendo cosas nuevas.
P. También recuerdo que tras haber realizado el examen escrito y antes de saber las notas del mismo, me transmitiste varias veces tu satisfacción con la preparación de las oposiciones. ¿Qué es lo que más destacarías de dicha preparación?
R. Sí. Si tuviera que resumir mi experiencia en una palabra, sería estrategia. Durante la preparación aprendí a priorizar y a tomar decisiones inteligentes, entendiendo que no se trata de abarcarlo todo, sino de saber elegir bien. Para mí fue determinante identificar cuándo centrarme en el supuesto práctico, cuándo en el tema y cuándo en la programación. En este proceso, Javier, tu papel fue clave. El material que elaborabas y ponías a nuestra disposición me permitió optimizar el tiempo de estudio: protocolos, normativa y criterios de identificación simplificados que, como opositora, me hicieron ahorrar tiempo. Estoy muy agradecida por esa orientación y por el enfoque práctico que marcó la diferencia en mi preparación.
P. Este ha sido un año muy especial para ti en lo personal, aunque no le has podido dedicar todo el tiempo que hubieras querido a preparar las oposiciones. Sim embargo, tus notas han sido muy buenas. ¿Cómo te has organizado?
R. Sí, ha sido un gran año para mí. Muy feliz, pero muy caótico. Compaginé mi trabajo con la organización de la boda, me casé y a los 20 días, por temas personales me fui a vivir fuera de España dos meses. A ello se sumó la pérdida de una persona muy cercana para mí, a tan sólo un mes y medio del examen. Fue un año en el que todo apuntaba a que no iba a poder ser: muchas interrupciones, poca estabilidad y menos tiempo del que me hubiera gustado para estudiar. La carga emocional fue muy alta y muchas veces sentí que no avanzaba o que no iba a llegar.
Pero también fue el año en el que marqué la diferencia: seguí insistiendo. A veces sin fuerzas, a veces con todo lo que tenía. Nunca bajé los brazos, aunque no fue perfecto, sí fui constante, en mayor o menor medida. Empecé de menos a más y eso me ayudó a no llegar agotada.
P. María, tú ya te habías presentado antes a las oposiciones, ¿qué diferencias has notado en esta ocasión con respecto a las veces anteriores? ¿Qué ha sido lo más importante para ti a la hora de aprobar?
R. En 2020, con la pandemia de por medio dejé de preparar las oposiciones y empecé a trabajar en una asociación. Me presenté en 2021 pidiendo 15 días de vacaciones en el trabajo para estudiar, intenté aprenderme la normativa relevante y aspectos del supuesto práctico, pero no tuve a nadie que guiara mis pasos y no lo conseguí.
En la preparación para 2025 he notado que tener a alguien que ha guiado mis pasos desde el principio hasta el final, con estructura, con calma y con pragmatismo fue la diferencia. Para mí, el desglose de tareas de la programación y del supuesto práctico me ayudó a asumir esas partes del examen como algo mecánico y dinámico.
Los simulacros, aunque no pude realizar todos, me ayudaban a ponerme en situación real de examen. Los del supuesto práctico los hice siempre y sin apoyo. Creo que es CLAVE ponerte en situación de examen, para minimizar al máximo los contratiempos. Esto último se consigue con práctica.
P. Y ya, por último, ¿qué le dirías desde tu experiencia a una persona que se va a preparar las oposiciones? ¿Qué consejos le darías?
R. Si tuviera que dar las claves que a mi más me han funcionado serían estas:
Insistir: incluso cuando no podía darlo todo, no dejé de intentarlo. Hubo días de cero y días de todo, pero nunca me desconecté del objetivo.
Estrategia: aprender a priorizar y a tomar decisiones inteligentes. No se trata de abarcarlo todo, sino de elegir bien.
Estudiar con cronómetro: me ayudó muchísimo a focalizar y a evitar la dispersión. No se trata solo de cantidad, sino de calidad del estudio.
No compararme: esta fue una de las lecciones más importantes. Cada persona tiene su propio ritmo, su contexto, sus límites. Compararme solo me restaba energía y confianza. Aprendí a valorar mis pequeños logros diarios y a no mirar tanto lo que hacían los demás.
Cambié el chip: acepté que no todo iba a ser perfecto, que no iba a tenerlo todo controlado. En lugar de exigirme más, empecé a confiar en lo que ya sabía y en cómo lo estaba trabajando. Me enfoqué en lo que sí podía hacer en lugar de lo que me faltaba.
P. Muchas gracias María y muchas felicidades, de verdad, tanto por la plaza como por la boda. Estoy muy contento de que tú, después de un año con tantos cambios y tan difícil en algunos aspectos, hayas conseguido tu plaza.
R. Gracias Javier, sin ti no lo hubiera conseguido. Hace un año leía estas entrevistas y me animaban mucho. Espero haber aportado mi granito de arena.