¿Crees que ya es tarde para conseguir tu plaza? Antonio demuestra que nunca lo es. Tras años de intentos y con la vida complicándole el camino, alcanzó su objetivo. En esta entrevista, nos cuenta su historia.
P. Antonio, si de alguien me alegro especialmente que haya conseguido plaza, ese eres tú. Nos conocemos desde hace muchísimos años, cuando tú trabajabas en la concertada y yo iba a tu centro a realizar evaluaciones psicopedagógicas a tu alumnado.
R. Muchas gracias por tus palabras, Javier. Este año ha sido muy duro en lo personal, familiar y profesional, pero al final me ha traído esta buena noticia. Como dices, nos conocemos desde mi etapa en Salesianos, donde trabajé como orientador durante 23 años. Empecé justo al acabar la licenciatura, aunque con horario incompleto, pero fue una gran oportunidad para aprender. Aprendí muchísimo de la experiencia y de los compañeros del EOEP de La Orotava, que siempre me acogieron con cariño y me hicieron sentir parte del equipo, entre ellos tú.
P. Si no recuerdo mal, te preparaste conmigo en el curso 19 – 20, cuyas oposiciones se retrasaron por culpa de la pandemia. Aquella vez no pudiste conseguir plaza, pero sí entrar en listas y cuando te llamaron, allá que fuiste…
R. Sí, aquel año fue duro. Con la pandemia llegó el trabajo extra y la incertidumbre de si habría oposiciones. Al inicio acudía a tus clases presenciales, que valoraba mucho por la dinámica y cercanía. Después, en la modalidad online, aunque era más solitario, la forma en que llevabas las sesiones y el seguimiento constante lo mantenían interesante.
Reconozco que no cumplía mucho con las tareas ni los simulacros, pero tú siempre insistías en la importancia del trabajo constante. Cuando las oposiciones se aplazaron y quedaban solo dos meses, retomé esquemas y las claves que nos dabas para sumar puntos en el teórico y el supuesto. Me presenté sin sentirme preparado, pero conseguí pasar la primera fase gracias al tema teórico.
Sin programación preparada, desempolvé en dos días tus materiales y salí adelante en la defensa. Aunque los méritos no me alcanzaron para la plaza, entré en listas. Entonces tuve que decidir: seguir en mi trabajo estable de 23 años o lanzarme a la pública. Con miedo, opté por la aventura, motivado también por las palabras del presidente del tribunal: “Fuiste el mejor en la defensa, pero te falta experiencia en los méritos. Creo que serías de valor en la pública”.
P. En 2022 volviste a repetir la preparación conmigo, aunque finalmente no salieron plazas de orientación, y cuando se supo, decidiste no seguir preparándote. Sin embargo, en 2024 volviste a la carga, aunque yo te sentía como desconectado… no asistías a las clases, no enviabas las actividades, ni los simulacros, no me preguntabas… algo ocurría. Más tarde, hablamos y me confirmaste que había una situación familiar que te estaba afectando mucho y que no te dejaba tiempo ni cabeza para las oposiciones. Cuéntanos un poco cómo has vivido este año…
R. Cada convocatoria llegaba con obstáculos personales: mi separación, la carga de trabajo, la salud… y este año, la enfermedad de mi madre que se ha convertido en dependiente y requiere de mucho tiempo de mi día a día para su cuidado. Me inscribí contigo para tener el material actualizado y como forma de obligarme a preparar algo, pero me desconecté: no veía clases, no hacía tareas ni simulacros. Seguro que muchas personas se sienten identificadas con vivir esa presión por la falta de tiempo. Más de una vez pensé en desistir…
En el último mes y medio, al ver que había mejorado en los méritos (formaciones, programas de la Consejería, etc.) y que la baremación de mi experiencia en la concertada me favorecía, decidí intentarlo. Con muy poco tiempo, estudiaba de noche, escuchaba grabaciones en el coche y repasaba en el hospital mientras cuidaba de mi madre, que estaba muy grave. Dormía apenas 5–6 horas y la presión afectó mi salud, pero no podía rendirme.
En la primera fase cambié la estrategia: prioricé el caso práctico y, aunque me equivoqué con la paginación y perdí tiempo volviendo a escribir un folio, logré pasar. Luego vinieron 5 días para preparar la defensa… en el hospital. Dormí 8 horas en 4 días, y aunque no me salió el programa que mejor llevaba, pude defender el que me tocó con dignidad.
En la fase de méritos hubo un error en mi puntuación. Estaba al límite de quedarme fuera. Reclamé, subsané y… en la última publicación apareció mi nombre. ¡Después de tantos años, conseguí la plaza!
P. A pesar de todas estas dificultades, es un año en el que te he notado como muy “espiritual”, transmitiendo en todo momento esperanza y agradecimiento… recuerdo que la última vez que hablamos te comenté que tal vez la vida tenía contigo algún tipo de agradecimiento con las oposiciones… Háblanos un poco cómo has llegado a sentir esa esperanza y ese agradecimiento que sueles nombrar…
R. Si lo pienso, no me preparé como debía, pero no quise rendirme. Amo esta profesión, y creo que la vida me recompensó tras tantos años de esfuerzo y de cuidar a mi madre con amor. Ella siempre ha sido mi referente, y ahora elegí yo cuidarla con la misma entrega con la que ella me cuidó a mi. Eso me quitaba tiempo para estudiar, pero era mi elección.
Por eso hablo de esperanza y gratitud. Esperanza en que saliera un tema que dominaba (¡y me salió el mismo que la vez anterior!), en que los méritos jugaran a mi favor, en que el tribunal me diera una oportunidad justa. Y gratitud porque, aunque no seguí al pie de la letra lo que debía hacer como opositor, la vida me regaló esta plaza.
Como me dijiste tú, Javier, quizás la vida tenía conmigo un agradecimiento en estas oposiciones. ¡Así fue!
P. Desde ese punto de vista, ¿qué te gustaría compartir con aquellas personas que no han logrado sus metas en estas oposiciones de 2025?
R. Que no se desanimen. Este proceso no siempre es justo: a veces cuentan más los méritos, los nervios o la suerte con el tribunal que el esfuerzo en sí. Conozco grandes profesionales que merecían aprobar tanto o más que yo.
Pero mi experiencia demuestra que nunca se sabe cuándo llegará tu oportunidad. Todo lo trabajado en una convocatoria sirve para la siguiente. Yo aprobé este año gracias a los esquemas que hice en la anterior. No tires la toalla.
P. Y desde ese mismo prisma, ¿qué le dirías a alguien que se va a preparar las oposiciones? ¿Qué consejo le darías?
R. Confiar en uno mismo y disfrutar del proceso. Si trabajas ya como orientador/a, aprovecha para aplicar lo aprendido. Si no, rodéate de gente con experiencia, porque eso se nota al defender un tema o un supuesto.
Y, sobre todo, contar con un buen preparador. En mi caso, Javier. Te conozco desde hace años y sé que vives tu trabajo con pasión. No dejas nada al azar, resuelves todas las dudas y siempre buscas ayudar.
Seguir tu plan es lo ideal, pero incluso cuando la vida no te permite cumplirlo, como me pasó a mí, tus claves son las que marcan la diferencia y permiten sumar nota. Tengo plena confianza en tu trabajo y sé que nunca defraudarás.
P. Antonio, muchas gracias y sobre todo enhorabuena por ser buena persona, por ser buen orientador y por haber conseguido tu plaza en un año tan difícil para ti.
R. Gracias a ti, Javier. Me diste luz en este camino y eso fue clave para lograrlo. Lo de ser buena persona y orientador lo dejo a criterio de quien me conozca, pero sí creo que mi secreto está en poner el corazón en lo que hago.
Mucha suerte a todos los que se presenten a la próxima convocatoria.