Oposiciones en Canarias 659 889 584

Lo primero a tener en cuenta es tu punto de partida, tus posibilidades y tus objetivos. ¿Tengo experiencia laboral en la especialidad? ¿Me he presentado antes a las oposiciones? ¿De cuánto tiempo voy a disponer para estudiar? ¿Tengo temario propio? ¿Cuál es mi situación personal y familiar y cómo me ayuda a opositar? ¿Cómo aprendo mejor? ¿Cuántos puntos tengo en el baremo de méritos? ¿Tengo elaborada una programación? ¿Para qué quiero opositar? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar para conseguir mi objetivo? ¿Confío en mi temario y en mi programación en caso de tenerlos? La respuesta a las preguntas anteriores, te ayudará a clarificar tu punto de partida para decidir cómo prepararte de la mejor forma.

Las tres patas del taburete.

Para aprobar es necesario dominar tres aspectos: un número suficiente de temas (ya veremos en otra entrada del blog cuantos), saber resolver los supuestos prácticos y elaborar una programación realista, innovadora y atractiva.

Empecemos con el temario. No cualquier temario sirve. Debe estar a la última en cuanto a normativa (por ejemplo, la LOMLOE), debe estar adaptado a la normativa canaria en vigor (ojo, que he visto temarios que incluían normativa derogada), debe recoger la realidad canaria en cuanto a planes, programas y proyectos canarios y, por último, debe mostrar ejemplos de aplicación práctica y recursos específicos. Entre otras cosas. Por lo tanto, en caso de que tengas temario: ¿cumple tu temario con lo señalado anteriormente? Ningún temario de editorial lo cumple. ¿Qué es lo ideal? Que lo elabores tú personalmente. Y aquí viene la pregunta del millón: ¿tienes tiempo para hacerlo? ¿Sabes qué extensión aproximada deben tener los temas para que te dé tiempo a memorizarlos y lo más importante, a escribirlos en el examen?

Supuestos prácticos. Aquí hay dos posibilidades. Uno, si ya tienes experiencia laboral en la especialidad, es probable que sepas resolver muchos de los supuestos que te planteen. Aun así, no todos los opositores y opositoras con experiencia aprueban el supuesto práctico. ¿Por qué? Porque no se trata sólo de contar lo que tú harías. Hay que fundamentarlo con normativa y teoría. Hay que expresarlo en un formato determinado de situación de aprendizaje, programa educativo personalizado, etc. Hay que incluir una forma de evaluarlo con criterios e indicadores de evaluación. Hay que emplear una metodología que favorezca un enfoque inclusivo. Hay que introducir el uso de las TIC. Hay que aportar recursos y bibliografía… Y dos, si no tienes experiencia laboral en la especialidad o tienes poca, debes partir de cero, aunque con la ventaja de que al sentir menos confianza que alguien con experiencia, procederás con más cautela y esto te ayudará a no cometer errores. Vuelvo con las preguntas: ¿Consideras que puedes resolver cualquier supuesto práctico que te pongan cumpliendo los parámetros anteriores? En caso de que no, ¿tienes tiempo para aprender a hacerlo por tu cuenta?

Programación. Muchos opositores y opositoras dejan la elaboración de la programación para el final. Si aprueban el examen escrito, en unos pocos días se pegan un atracón y la elaboran. Es una opción válida según lo que busques. Sin embargo, no es la que yo aconsejo. Elaborar la programación a la vez que estudias los temas y aprendes a resolver los supuestos prácticos te dará una mayor comprensión de lo que se requiere para aprobar la oposición. Las tres patas del taburete están muy relacionadas. Son interdependientes. Por lo tanto, mi consejo es elaborarla durante el curso, poco a poco. Eso te ayudará a conocer mejor la normativa, te dará soltura a la hora de programar, etc. Te ayudará entender los contenidos de muchos temas, de muchas teorías y de muchos autores… Y todo esto resultará decisivo para aprender a resolver los supuestos prácticos. Todo está relacionado. A su vez, la programación debe ser realista, original, creativa, innovadora y atractiva. Y debe adaptarse a los apartados y requerimientos recogidos en la convocatoria de las oposiciones. Así que, ¿tienes programación? ¿Posee las características que he nombrado? En caso contrario, ¿sabes cómo elaborarla? ¿Vas a dejarla para el final o prefieres aprovechar la sinergia que te aporta elaborarla durante el curso?

Elegir la preparación que me conviene.

Según la respuesta que des a las preguntas que te he formulado anteriormente, podrás decidir cómo prepararte. Tal vez por tu cuenta, tal vez en una academia, tal vez con un preparador… sin duda las oposiciones te las puedes preparar por tu cuenta, aunque un buen preparador te ahorra tiempo. ¿Qué es lo que se necesita para prepararse bien? Un preparador con experiencia en el mundo de las NEAE para empezar, y alguien con experiencia también dentro de un tribunal de oposiciones. Preparar una oposición no es como ir a la universidad a aprender determinada asignatura. Esto es un proceso selectivo y hay que ir al grano y ser pragmático. Saber qué hay que hacer para aprobar sólo se aprende estando detrás de una mesa como miembro de tribunal. Ese alguien debe de ser capaz de orientarte sobre cómo prepararte, qué temas te conviene más estudiar y en qué orden, que te aporte un método para elaborar tu programación paso a paso y que te aporte un método de resolución de los supuestos prácticos, que resuelva tus dudas y que te haga correcciones personalizadas sobre el trabajo que estás haciendo. También hace falta un buen temario, listo para estudiar, donde puedas dedicar todas las horas de estudio a memorizarlo, no a completarlo o a mejorarlo. En definitiva, mi consejo es que cuando busques la forma de prepararte, elige la que te ofrezca certezas y confianza ante el mar de dudas y de angustia que a veces produce enfrentarse al proceso de opositar.

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